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POBRE UCRANIA

 

El pasado mes de noviembre estallaron en Kiev, la capital de Ucrania, algunas de las revueltas más numerosas vistas allí desde la revolución naranja en 2004. La causa de estas revueltas es clara: la no-adhesión de Ucrania a la Unión Europea.

  Era a mediados de noviembre cuando se tenía prevista la firma de adhesión por parte del presidente del gobierno ucraniano, Victor Yanúkovich y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barrosso; y por causas ajenas a lo acordado entre ambas partes, el presidente Yanúcovich se negaba y aplazaba dicha firma. Por lo visto el presidente ucraniano es de sentimiento pro-ruso y se vio en una situación complicada. Lo que aquí decimos “entre la espada y la pared”; pues el presidente ruso, Vladimir Putin lo instó a negarse a tal firma. Esto se debe a que Ucrania es la principal suministradora de gas natural a Rusia y consideraba que una firma con la Unión Europea significaría el fin de dicho suministro. Pero ante la presión de Putin, Yanúkovich se negó a firmar el acuerdo de adhesión a la Unión Europea.

 

    A partir de aquí, la historia de Ucrania empieza a ensuciarse. Las protestas en la Plaza Maidan en el sur de Kiev continúan y el presidente Yanúkovich se ve forzado a dimitir de su cargo. Pero no acaba aquí, las tropas rusas invaden la península de Crimea desde tres puntos distintos, alegando que esta pertenecía a la antigua URSS y van a invadir de un modo anticonstitucional sometiendo a la población rusa a un referéndum que tendrá lugar el próximo 16 de marzo.  

   Las estadísticas son claras, son muchos más los ucranianos que desean la anexión a la Unión Europea, que aquellos que desean hacerlo con Rusia, aunque los intereses de estos últimos son claramente económicos. Solo falta preguntarnos, ¿si interviene Estados Unidos estaremos ante otra Guerra Fría?

     Pero eso no es todo, los ataques hacia la población ucraniana por parte del gigante ruso no son solo en forma de militares y sus complementos armamentísticos, ha llegado información de parte de unidades de inteligencia, de que están siendo atacados por medios informáticos y telemáticos. Es decir, se les están cortando las comunicaciones telefónicas y las redes sociales, están dejando de funcionar de modo que tanto ellos como unos “posibles” contraatacantes queden incomunicados. Pues en Occidente, no solo la Unión Europea (en parte causante de la situación), sino también en Estados Unidos se debate el tema de la intervención en este conflicto.

 

  Ucrania es un país que en los últimos 10 años ha crecido económicamente, pero eso no quiere decir que pueda defenderse ni de forma económica ni de forma militar ante Rusia. Es más, ni siquiera la Unión Europea está en condiciones de ayudarla ante tal gigante. Es por eso que el presidente de Estados Unidos, Barak Obama, se plantea junto con su gobierno, entrar en el conflicto para ayudar a Ucrania a salir de este “bache” y así pueda seguir adelante como lo estaba haciendo hasta ahora y poder tomar sus propias decisiones, sin tener que pedir permiso al vecino.

 

 

Artículo de la alumna

Ruth París

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